lunes, 31 de enero de 2011

Cosas que me gustan de ser madre


Será porque en Bali la lluvia nos está dando un respiro hemos tenido un fin de semana de playa, será porque tengo la endorfina disparada de tanto sol, será porque mi niño está cada día más guapo... pero hay muchos momentos, muchas pequeñas cosas que cada día me hacen pararme y decirme a mí misma: disfrútalo, esto es lo bueno de ser madre. Ahí van algunas:
- Me gusta llevar a Manuel al "playground", aunque el día que me toca estoy muerta de sueño, y escuchar en el coche su parloteo incansable: ahora me pregunta si vamos a ir por el "atajo", que es una palabra recién aprendida, ahora pasamos por la excavadora "blue" y se pone muy contento, ahora me pregunta "¿y hay muchos baches?". Le encanta hacerme las mismas preguntas al pasar por los mismos sitios, y su memoria es de una precisión sorprendente. Si hoy le señalo a un niño que pasa con su bici delante de una tienda, mañana me preguntará por el niño exactamente en el mismo lugar. Alucino.
- Me gusta que me pida que le lleve de la manita y que se agarre a mi dedo índice como cuando era un bebé.
- Me gusta ver en él rasgos de mi carácter, aunque a veces veo reflejadas cosas que me aterran. Se me cae la baba cuando veo que es perfeccionista, rápido y concentrado, aunque no me gusta ver en él mi mal genio y mi impaciencia.
- Me gusta que se ponga mimoso y me pida que le haga la "normiguita" (o sea, que le dé caricias por la espalda mientras él remolonea). A veces se pasa de perezoso y le tengo que dar un toque, que se nos está haciendo un vago de mucho cuidado... Al menos esto sí sé que no lo ha heredado de mí... el gen del papá ejemplar tiene, seguro, mucho que ver en ello.
- Me gusta que en la playa me grite, "cuidado mami viene una ola"
- Me gusta que me "explique" los juegos que él inventa, y me diga "mira mami, te voy a explicar... ves?" 
- Me gusta que corra a darme un abrazo muy fuerte cuando le recojo del "playground", aunque esto últimamente está dejando de hacerlo.
- Me gusta que cuando encuentra un palito, una piedra, o cualquier tesoro por el estilo, siempre busque otro igual "para mami".
- Me gusta que cuando me suelto el pelo me mire sonriente y me diga: "mami es una princesa?"

No sé si me ha quedado muy empalagoso este post. Por si acaso, otro día escribo la lista de las cosas que no me gustan (que hay unas cuantas) para compensar tanta ñoñería.

martes, 25 de enero de 2011

Faster Faster: pedaleando

Os parecerá una tontería, pero creo que una de las razones por las que Manuel se porta muchísimo mejor últimamente es la llegada a nuestras vidas de "LA MOTO". No sé si será casualidad, pero desde que "Papá Noel" le trajo tan preciado vehículo el lechón está mucho más contento. No en vano es hombre, y hay que decir que a ellos les pones ruedas y motor y son mucho más felices, no es cierto? En alguna parte leí una frase fantástica que decía algo así como "No importa lo acabado, hundido o deprimido que un hombre se encuentre. Siempre será capaz de conducir su coche". Y yo añado, y además conducirlo le hará feliz. La velocidad les entusiasma, qué le vamos a hacer. Supongo que es el equivalente masculino a nuestro salir de compras, aunque personalmente, mi panacea sería darme un masaje o tumbarme al sol a leer un buen libro.


La verdad es que hacía mucho tiempo que el lechón no prestaba atención a los juguetes y que no jugaba solo casi nunca. Pero ahora que la moto ha entrado en nuestras vidas, Manuel da vueltas incansable alrededor de la mesa del salón, aparca bajo la escalera, nos pide que le pongamos gasolina, se baja de la moto y llega a "su casa", que es el hueco que queda debajo de la trona... Y en fin, que de repente juega mucho más él solo y es una gozada.  Ha aprendido a pedalear, aunque aún se da impulso con los pies casi siempre. A veces salimos a dar una vuelta por el paseo marítimo, y Manuel conduce a toda velocidad al grito de "faster faster" mientras el papá ejemplar y yo podemos tener una conversación algo menos entrecortada de lo habitual.

lunes, 17 de enero de 2011

¿Pasó lo peor?

Miedo me dá escribir este post. Parece que existe una maldición o algo así y en cuanto plasmo en el blog lo que me ocurre "la noticia" se desvanece como por arte de magia. Tal vez estaría más guapa calladita y sin cantar victoria, no?

Ya me ha pasado otras veces. Escribo que POR FIN Manuel come fruta y al día siguiente, como por quitarme la razón, decide el condenado que no quiere probar ni el plátano... o me maravillo de lo bien que duerme para que a la mañana siguiente amanezca de nuevo a las seis de la mañana. En fin, correré el riesgo, pero que quede constancia de que haberlo, haylo.

Y voy a decir, con la boca superpequeña que... me parece, intuyo, tengo la sensación... de que ya hemos superado lo peor de los "Terribles dos" y que hemos dado paso a una fase mucho más llevadera, feliz, divertida y enriquecedora como padres del lechón. Ayyyy, qué miedo, qué miedo, pero ya está escrito. Ahí queda dicho.
Estas últimas dos semanas me parece que mi pequeño hombrecito se ha hecho mayor. Repentinamente, tiene ganas de agradarnos, de hacernos felices, y está más relajado y menos agresivo, e infinitamente más cariñoso. Es más paciente y ha mejorado mucho su relación con otros niños, ya no pega ni muerde. De pronto entiende mucho mejor las consecuencias de sus actos. Sabe que cuando obra mal le castigamos, o que cuando se porta bién le hacemos más caso, estamos más contentos y lo pasamos mejor. Puede que esto tenga algo que ver con su mejor dominio del lenguaje, que resumiré diciendo que "no calla ni debajo del agua", o tal vez con las interminables vacaciones del "playground" que han supuesto una dedicación de mami y papi a jornada completa: ahora vamos a la playa, ahora al centro comercial, ahora a la piscina, ahora yanoséquehacercontigo... Está claro que algo tiene que ver que está comiendo mucho mejor y hasta se le ve más gordito. No sé la explicación, y seguramente son todas y ninguna. Tal vez es sólo que tenía que ser así, por madurez o por que POR FÍN se ha adaptado a vivir en Bali...

El caso es que estoy feliz porque ahora en esta casa se respira paz, armonía y buen humor. Voy a poner una ofrenda a los dioses balineses para dar las gracias, no sea que se me enfaden y se me acabe el chollo.

lunes, 10 de enero de 2011

Cuentos para dormir

Inventar historias y contárselas a Manuel me parece una de las tareas más bonitas de la maternidad. Desde hace unos meses dejamos de lado los libros infantiles a la hora de ir a dormir, y le cuento historias improvisadas en las que los personajes casualmente hacen cosas muy parecidas a las que él ha experimentado ese día. Me gusta dejar fuera los libros y tumbarme con él hablándole con voz suave, y aprovecho esos minutos para disfrutar de los arrumacos y mimos que a otras horas rechaza.

Utilizo los cuentos a mi antojo para ponerle ejemplos de niños (o lagartijas, o leones, o lo que se me ocurra) que se portan mal y sufren las consecuencias, o que hacen las cosas de maravilla y después tienen la suerte de ir a un parque gigante o a una piscina con un millón de toboganes. Él me escucha muy concentrado, y a veces termina mis frases, o me corrige diciendo "mami se ha confundido", porque se sabe ya el cuento mejor que yo. Su favorito últimamente es el de "la lagartija que se perdía", y no encontraba a su mamá, pero al final un niño muy bueno le ayudaba a buscarla etc etc. También le fascina escuchar historias sobre niños (o ranas, patos o tortugas) que se portan muy mal, y sus papis les riñen pero después aprenden que portarse bién es mucho mejor y más divertido. 

Hoy he encontrado una web que se llama Cuentos para dormir y me va a venir muy bién como fuente de inspiración. Al igual que no he seguido una receta al pie de la letra en toda mi vida, no creo que vaya a contar nunca un cuento tal como vienen en esta página, pero me ha gustado mucho el planteamiento. Los cuentos están organizados por valores: alegría, amistad, optimismo, paciencia, perdón... y también hay cuentos clásicos que no está mal recordar.

miércoles, 5 de enero de 2011

Frases históricas I

Como dice mi amigo Alvarito, mi hijo tiene más salidas que un cine de verano.
Con su dominio del lenguaje recién adquirido me deja muerta con algunas de sus frases:
Para alargar el ya de por sí interminable momento de ir a dormir, últimamente ha tomado por costumbre pedirme abrazos y besos. El muy listillo sabe que a eso no me puedo resistir...
Aquí nuestra conversación de anoche:
Manuel: ¿manel dá un abrazo a mami?
Mami: sí, claro mi amor
Durante el abrazo:
Mami (disfrutando el momento): Tú sabes lo que más le gusta a mami del mundo?
Manuel: siiii, los abrazos de Manel
Mami (no dejandole que se suelte del abrazo): Y a tí, ¿qué es lo que te gusta más del mundo?
Manuel: No lo sé
Mami: ¿seguro que no lo sabes?
Manuel: SÍIII, YA LO SÉ, LAS CROQUETAS Y EL PURÉ!
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